lunes, 28 de marzo de 2011

Parar de pensar... ¿Para qué?

“Pienso 99 veces y nada descubro. Dejo de pensar, me sumerjo en el silencio, y la verdad me es revelada”.
Albert Einstein


Nuestra mente es inquieta, es dispersa por naturaleza. Su combustible es la variedad. Si dejamos de proporcionarle estímulos, el combustible se agota y la actividad mental cesa. En ese punto, entramos en un estado de superconciencia conocido como estado de meditación, en el cual aumenta la lucidez. Su nombre más apropiado es intuición lineal; veamos por qué.
La intuición es aquel conocimiento que nos llega por vía directa, sin la intervención de mecanismos mentales como la lógica, la memoria o las asociaciones; es lo que la psicología llama insight. Como explica el educador DeRose, la intuición común es como el flash de una cámara fotográfica, se enciende apenas un instante, y la intuición lineal es como el de una filmadora, que se enciende y permanece encendido por más tiempo. La intuición lineal se mantiene fluyendo voluntariamente por un segundo o más, y ese segundo proporciona un gran caudal de conocimiento. Es así como surgen grandes ideas, se comprenden cosas que intelectualmente no estábamos pudiendo comprender, y accedemos a un conocimiento más noble y más valioso para tomar decisiones.

El lector se preguntará si realmente es posible alcanzar ese estado. Y le respondo que sí, claro que sí. Existen técnicas específicas de concentración y saturación mental, que consisten en posar la atención en un solo objeto, por ejemplo un símbolo o un sonido, y no analizar nada, no intelectualizar, simplemente contemplar. Luego de algún tiempo, al llevar una y otra vez la atención a ese punto, la mente se satura y se detiene.

Pero por encima de ese estado de superconciencia, hay otro: el de hiperconciencia o megalucidez. A ese estado busca conducirnos el Método DeRose. Para conseguirlo utiliza un conjunto de técnicas y conceptos que provienen de tradiciones muy antiguas, de más de 5000 años.

¿Y qué sucede cuando el individuo expande su conciencia? Va aumentando su lucidez y se transforma en una persona más consciente de sí misma y de su relación con el entorno social y ambiental; así, se descubre capaz de interactuar con él para mejorar el mundo en el que vive.

Para que esto se comprenda mejor, transcribo parte de una entrevista realizada a DeRose por el periodista António Mateus, de Lisboa.
…Cuando el individuo tiene más lucidez, lo primero que ocurre es que va a ser mejor en su trabajo, su posición en la familia, su compromiso con cualquier ideal, ya sea político, humanitario, filantrópico, artístico, cualquiera que sea. Y además él se siente integrado. Cuando el individuo aún no tiene una conciencia plena, cree que el mundo se divide entre yo y los otros. En el momento en que su conciencia se expande, se da cuenta de que no existe esa cuestión de “yo y los otros”, que somos todos una sola cosa, estamos todos interconectados, no solo dentro de la especie humana sino entre todas las especies y con el propio planeta…
…Una de las cosas que una conciencia mayor nos concede, es darnos cuenta de que no sirve solo el discurso, no basta la intención, es preciso llevar a cabo. Es necesario tener la iniciativa y la “acabativa”… él (el individuo) va expandiendo su campo de actuación… Pasa a ser una persona que actúa y que modifica el mundo en que vive. Y como esa persona, en general, es una persona que tiene nobles ideales, al modificar el mundo en que vive, lo modifica para mejor.


¡Hasta la próxima!
Instra. Silvina Tenenbaum

domingo, 20 de marzo de 2011

Obsolecencia programada: comprar, tirar y volver a comprar.

¿Alguna vez se preguntaron por qué la vida útil de los productos que compramos es cada vez menor?

Cuántas veces escuchamos a nuestros abuelos decir: estos productos no son como los de antes... los de mí época eran de mejor calidad.

Obsolecencia viene de obsoleto, palabra que proviene del latín obsoletus y hace referencia a algo anticuado y poco usado en la actualidad por no resultar adecuado ante las circunstancias.

La obsolencencia puede venir por un mal funcionamiento o porque las utilidades del objeto parecen insuficientes en comparación con la de los nuevos modelos del mismo.

Alrededor de 1920, cuando comienza la producción en masa surge la obsolecencia programada. Así se instala un nuevo modelo de mercado, un nuevo modelo de consumo.
Para aumentar las ventas los fabricantes de productos deciden reducir la vida útil de los mismos, así al poco tiempo de adquirirlo el consumidor se ve obligado a comprar uno nuevo. Además, las estrategias de marketing buscan generar el deseo del consumidor de tener siempre el último modelo.

Esto tiene consecuencias poco faborables no solo para nuestro bolsillo, sino también para el medio ambiente debido a la cantidad de deshechos que se generan (especialmente de objetos electrónicos).

Comparto con ustedes un excelente video para reflexionar sobre el tema.

¡Hasta el próximo post!
Instra. Silvina Tenenbaum

martes, 1 de marzo de 2011

Alimentación inteligente

Como comentaba en el post anterior, la elección de lo que ingerimos tiene una enorme repercusión sobre nuestro entorno, tanto en lo ambiental como en lo social y económico. Y por supuesto, también en nosotros mismos: somos los primeros que percibiremos las consecuencias.

Una alimentación inteligente es aquella que tiene consecuencias favorables para nosotros y para el medio que nos rodea, aquella que mejora nuestra calidad de vida, respeta y tiene en cuenta a otros seres vivos (animales, vegetales y humanos). Esto sólo es posible dejando de consumir carnes.

Dentro de la propuesta del Método DeRose, la buena alimentación es un tópico muy importante, y por eso forma parte de nuestra cultura. Adoptamos un sistema alimentario muy antiguo, proveniente de la India, sin carnes de ningún tipo y con platos sabrosos y muy bien condimentados. Una dieta bien variada, que casi no genera toxinas y proporciona más energía. Esta forma de alimentarse, además de ser más saludable, es la más apropiada para avanzar con las técnicas de nuestro Método.

El aparato digestivo y la constitución anatómica del ser humano demuestran que no está preparado para el consumo de carnes. Basta compararlo con el de un carnívoro, el de un herbívoro y el de un frugívoro y buscar las similitudes y diferencias. Además, si nos remontamos en la historia, vemos que nuestros antepasados más remotos eran frugívoros y sólo comenzaron a comer carne por una cuestión de supervivencia en la época de las glaciaciones.

Aquello que ingerimos se transforma en la materia prima que constituye nuestro organismo. Y también influye notablemente en las emociones, en los pensamientos y en nuestra manera de actuar. Es fácil comprobarlo, basta con observarse. ¿Cómo te sentís luego de un asado acompañado por vino y cómo luego de una comida, por ejemplo, sin carnes de ningún tipo? ¿Cuál es tu sensación física, cómo es tu comportamiento, podrías concentrarte después de comer?

Como dice la Profesora Yael Barcesat: al ingerir, estamos proporcionando materia prima a la maquinaria interna que arma y encastra los ladrillos de la construcción, el cuerpo. Así como hay distintas calidades de ladrillos dependiendo del material que los compone, nuestras células podrán cumplir mejor o peor sus funciones de acuerdo con los ingredientes que empleemos en su fabricación. http://www.tuverde.com/2010/01/calidad-de-vida-en-practica-limpieza-profunda/

La responsabilidad es tuya, vos elegís qué tipo de ladrillos vas a utilizar y cuánto vas a cuidar a tu organismo, a tu planeta y a los demás seres humanos.


Spaghetti de zuccini con brocoli marinado, bocconcino de mozzarella, tomates secos y salsa de cajú y albahaca. Una de las delicias de Luciano, el cheff residente de nuestra escuela.

Tips para una alimentación inteligente
- Elimina el consumo de carne, roja y blanca también.
- Incorpora en tu dieta la mayor variedad posible de alimentos: frutas frescas y secas, verduras, legumbres, cereales, hortalizas, lácteos, pastas.
- No te preocupes por los aminoácidos esenciales estos se encuentran en los vegetales en general. Basta una dieta variada y quedarán provistos.
- No te preocupes por las proteínas, casi todo lo que consumimos las contienen.
- Utiliza especias para realzar el sabor: curry, comino, pimienta de cayena, ají picante, etc. Nada de comidas desabridas, sin sabor, sin aromas.
- Trata de emplear medios de cocción que no empobrezcan el valor nutricional de los alimentos. Da preferencia a la cocción al horno, a la parrilla o al vapor en lugar de hervir.

Podríamos decir que las dos reglas de oro son:
1)“Máxima calidad, mínima cantidad”
2) La variedad de alimentos.

Instructora Silvina Tenenbaum